“La formación a tanatopractores es una carretera de doble sentido”

JUAN DIEGO CALDERÓN, Tanatopractor en Áltima y Formador en Tanatopraxia
Otra idea de la muerte es posible. Aunque es un tabú para muchos, esconde grandes sorpresas si la miramos desde otros puntos de vista como el humor, el cine, la literatura, el arte… Los muertos, enseñan a los vivos y ese contenido es el que transmito cuando hablo sobre la muerte en redes sociales desde el proyecto @mortuivivis

SORTEM. – De pequeños, soñamos con ser bomberos, actores, periodistas, médicos científicos o hasta aventureros … ¿Cómo se llega a ser tanatopractor y conseguir que sea un sueño cumplido?

JUAN DIEGO CALDERÓN. – La Tanatopraxia es una de esas profesiones de vocación tardía que no sabes que existe hasta que no creces. En mi caso, se despertó la curiosidad hace ya 14 años cuando dejé mi Extremadura natal para ir a trabajar a Ciudad Real en un bar donde el hermano del dueño era funerario. Internet hizo el resto y di con un nombre que podía enfocar mi camino: Antonio Navarro de la Funeraria de Terrassa. Me puse en contacto con él, orientó mi formación en Tanatopraxia y Tanatoestética, y surgió la oportunidad de realizar unas prácticas en Terrassa. Después encontré trabajo en Serveis Funeraris del Baix Llobregat que es el origen de Áltima, donde ejerzo desde entonces. Así que viví, participé y sigo formando parte del crecimiento profesional de una de las empresas más importantes del sector. Sueño cumplido.

– Cada vez hay más tanatorios y funerarias que ofrecen a las familias el servicio de tanatopraxia. ¿En qué momento de implantación del servicio cree que nos encontramos en España?

J.D.C. – En España, la tanatopraxia como tal tiene pequeños focos que se van iluminando cada día un poco más. Hace unos años, Barcelona era el gran referente, seguramente por su cercanía a Francia. Todavía sigue siendo abanderada en este servicio, aunque el embrión empieza a tomar forma con fuerza en otras zonas. Sobre todo en las comunidades que han apostado por abrir la puerta a la certificación profesional del tanatopractor o tanatopractora. Esto nos dota de un poder, de un reconocimiento a la hora de acondicionar un difunto que antes no existía. Aún queda mucho espacio para la mejora porque a pesar de que avanzamos en legislación y normativa, no se aplica para modificar el método de trabajo hacia la implantación de prácticas de tanatopraxia en general a todos los cuerpos. Tenemos que seguir cuidando y mostrando nuestra profesión para hacerla visible desde todos esos focos.

– ¿Qué argumentos son necesarios explicar y divulgar a la población en general para que la tanatopraxia sea cada vez más demandada y aceptada de forma natural?

J.D.C. – Principalmente tenemos que comunicar que como profesionales, vamos a hacer todo lo posible para que puedan despedirse de su ser querido tal y cómo lo recordaban. A las familias, no es necesario pormenorizarles las prácticas que vamos a realizar sobre ese difunto para que no esté hinchado, no esté morado, no se le note una marca o la entrada de una vía. Debemos transmitir la confianza para que puedan iniciar el proceso de duelo de una forma natural, porque realmente nuestros objetivo final son ellos: los familiares. El difunto es el vehículo que nos permite ofrecerles la imagen que recordarán de él en su despedida, por eso, es tan importante que ofrezca una sensación de paz y de tranquilidad que oculte los efectos que una muerte natural, repentina o traumática provoca. Desde la invisibilidad de nuestro trabajo, tenemos que esforzarnos por hacer visible la imagen que esperan de cada fallecido.

“Desde la invisibilidad, hacemos visible la imagen que esperan de cada fallecido”
– Vivimos un momento efervescente en avances y cambios de filosofía en muchos sectores claves para la economía, ¿el sector funerario ha emprendido ese camino para preparar el futuro? Y, para la tanatopraxia en concreto, ¿cuál sería ese cambio?

J.D.C. – Es cierto que el sector funerario, históricamente, ha sido muy estático. No ha tenido una necesidad real de reinventarse desde los cimientos porque estaba instalado en una zona de confort que era aceptada en general. La liberalización del mercado, el aumento de la competencia, la llegada de nuevas técnicas y productos más seguros, el cuidado del medio ambiente y los cambios sociales y religiosos son factores que han obligado al mercado a moverse. Se ha extendido el uso de tanatorios, se han abierto las puertas a las ceremonias laicas, la cremación aumenta, el tratamiento de las cenizas se diversifica … Renovarse o morir, nunca mejor dicho.

– Dedica buena parte de su tiempo a la formación en tanatopraxia a profesionales funerarios. ¿Qué objetivo persigue comunicar y qué retorno profesional obtiene?

J.D.C. – Me gusta ser tanatopractor y me gusta lo que hago. Desde ese plano, me gusta mostrar a mis compañeros cómo desarrollarlo. No guardo bajo llave como un gran secreto lo mucho o lo poco que sé, prefiero compartirlo y experimentar con ellos como ponerlo en práctica. La formación para profesionales es una carretera de doble sentido, porque el conocimiento viaja del profesor al alumno y al revés. Cuando estoy en una formación se produce un intercambio de experiencias que en la soledad de la sala de tanatopraxia no encuentras. El éxito de las empresas del sector pasa por un equipo motivado y bien formado.

– Parece que hay cierta predisposición a regular la figura del tanatopractor y un interés creciente en obtener el certificado de profesionalidad. ¿Es suficiente o realmente el paso debería ser de mayor calado?

J.D.C. – Es cierto que en los últimos años hemos avanzado en el reconocimiento de la figura del tanatopractor. Es un proceso necesario para regular a todos los que nos dedicamos a esta labor y, desde luego, es un paso importante para normalizar nuestra situación. Pero no es más que el primer estadio que debe acabar fructificando en las aulas y con una titulación reconocida para la formación garantizada de futuros profesionales. Ahora estamos regularizando a los profesionales que ya existen, nuestro trabajo es poner las bases para los que van a venir y que se creen los roles de interrelación entre médicos forenses, funerarios y tanatopractores.

– En materia de prevención laboral, ¿podemos hablar de una profesión de riesgo?

J.D.C. – Tengo la fortuna de trabajar en una empresa que está concienciada con la prevención laboral y sanitaria. Tenemos a nuestra disposición todos los EPIS, cumplimos con la normativa e intentamos minimizar al máximo cualquier tipo de riesgo. Estamos expuestos a sobrecargas musculares, cortes, contagios, productos que pueden afectar nuestra salud… Siempre parto de una lógica y la transmito a todos mis compañeros y en las formaciones, ante un difunto pueden ocurrir cosas no previstas. Por lo tanto, prevención antes, durante y después de cualquier intervención como en cualquier otra práctica sanitaria. Así que tenemos que acostumbrarnos al uso de batas, guantes, mascarillas … porque además son síntoma de profesionalidad.

– Definir Tanatopraxia puede ser el principio de un largo y concienzudo debate. ¿Cuál es la suya?

J.D.C. – Definiciones hay muchas (risas) … La mía está basada en su finalidad, por lo tanto, sería el conjunto de técnicas y conocimientos que usamos para devolverle la dignidad al difunto tras la muerte y ofrecerle una imagen de tranquilidad a los que esperan para despedirlo.■

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‘Momentos Compartidos’ de Sortem

La memoria de una vida juntos

Durante la pasada edición de Funermostra, celebrada en mayo en Feria Valencia, Sortem presentó ‘Momentos Compartidos’, un nuevo producto diseñado para el recuerdo del ser querido y, sobre todo, para permitir a todos los asistentes sentirse parte de la ceremonia de despedida o funeral. ‘Momentos Compartidos’ introduce un concepto tan novedoso como sencillo: escribir un mensaje personal de despedida, dejarlo al lado del ser querido y llevarse una pulsera como recuerdo del momento vivido juntos. De esta forma, esta pulsera se convierte en un símbolo que nos liga y nos une a través de un hilo a la persona a la que le hemos dedicado el mensaje, aliviando la sensación de vacío o abandono. “Es una apuesta por un producto pensado para prestar un servicio de atención a las familias en el camino de la despedida”, explican sus creadores.mometos_web

El nuevo producto de Sortem se presenta en un sobre que contiene un folio plegado en el que escribir. La nota sobresale del sobre que, a su vez, está unido a un cordón de hilo que impide que el folio se introduzca dentro. Una vez extraída la pulsera, se puede desplegar la nota, escribir el momento compartido e introducirla en su totalidad en el sobre sin que el cordón lo impida.

Según afirman desde la compañía, ya son muchas las funerarias y tanatorios que han incorporado este servicio en su portfolio. La primera experiencia con este producto  se inició de manera paralela en la Funeraria Bravo Sánchez de Torrecilla de la Tiesa (Cáceres) y en la Funeraria El Golpe de Abegondo (A Coruña). En esta última, el fallecimiento inesperado de una anciana muy querida y conocida en la localidad provocó la necesidad a la familia de despedirse de una forma que implicara más a todos los dolientes. “En aquella situación, ‘Momentos Compartidos’ sirvió para crear esa magia y que todos los que quisieron participar pu dieran escribir un mensaje especial cargado de simbolismo. Un gesto que quedó reflejado en la imagen de todas las manos de sus nietos y nietas con las pulseras que les seguían uniendo a ella”, explican representantes de la firma como pequeña muestra de las aplicaciones que ‘Momentos Compartidos’ puede ofrecer.

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Sortem recoge el premio internacional Red Dot por la urna ‘The treeremembers’

El galardón valora aspectos como la innovación, la calidad o el impacto medioambiental.

El pasado 3 de julio se celebró en el Teatro Aalto de Essen (Alemania) la gala de entrega de los galardones Red Dot, uno de los premios más prestigiosos en diseño industrial y que ha recaído en otras ocasiones en productos tan revolucionarios como el iPhone, la aspiradora Dyson o los diseños de Phillip Stark. Los Red Dot valoran aspectos como la innovación, la funcionalidad, la calidad, la ergonomía, el impacto medioambiental y la relación con el usuario de los productos presentados.
Entre los más de 5.500 candidatos de 54 países, la urna funeraria ‘The tree remembers’ de Sortem, creada por Grocs Estudi Creatiu, fue una de las ganadoras de este premio internacional por su innovador diseño. El viaje a Essen ha supuesto una experiencia inolvidable y espectacular para rematar el cuarto aniversario de la compañía, que ha explicado a Revista Funeraria que ahora entra en un período de valoración y comercialización con el objetivo de aportar más datos sobre la evolución de la urna en los próximos meses. “Estamos muy satisfechos por la acogida y la repercusión que ha causado en el sector, y el reconocimiento como empresa que nos ha generado mayor confianza entre nuestros clientes para abrir otras líneas de negocio.”
La urna 100% biodegradable de celulosa se estructura en dos partes: un depósito para las cenizas y otro para plantar cualquier árbol o planta. Con el tiempo, la urna desaparece convirtiendo las cenizas en un  árbol o planta que sirve como memorial del difunto.
De esta manera, Sortem y Laura Malagarriga, su diseñadora, han querido innovar en un sector tan tradicional como el funerario con un producto sencillo, ecológico y económico, pero sobre todo cambiar un ritual ancestral como es la despedida de nuestros seres queridos. “Su finalidad reside en mitigar la ausencia viendo crecer en cada brote una parte de los propios recuerdos, aunque también es la manera más respetuosa con el medio ambiente de dispersar las cenizas de nuestro ser querido”, explican desde la organización. Representantes de Sortem, Grocs Estudi Creatiu y Revista Funeraria estuvieron presentes en la gala de entrega de estos premios que han dado protagonismo a un artículo procedente del sector funerario y que anteriormente ya fue reconocido con el primer premio en la categoría ‘Mejor Producto/Servicio Innovador’ de La Guía Funeraria en la edición 2016 del salón funerario Funergal y con un premio ACCÉSIT en la misma categoría otorgado por la propia feria. En este sentido, la firma señala que este galardón es una clara evidencia de que están en la punta del iceberg del inicio de una revolución en el sector funerario. “Siempre tiene que haber una primera vez y hemos tenido la fortuna de ser nosotros con la urna ‘The tree remembers’. Se está gestando un nuevo paradigma que tiene que conjugar las nuevas exigencias de la sociedad, la implementación eficaz de las nuevas tecnologías, el respeto por el medio ambiente y la difícil tarea de normalizar la muerte. Todas las empresas de nuestro sector están en un proceso de adaptación que implica abrir nuevas puertas y hacerse más visible en todos los ámbitos. Por eso, en Sortem queremos estar presentes y ayudar en ese cambio que estamos generando entre todos.”
La urna está expuesta en el museo del diseño en Essen y las características del producto se han publicado en el libro de los mejores productos Red Dot del año. A pesar de recibir un reconocimiento de estas características, la empresa afirma que continuará persiguiendo su objetivo, centrado en el servicio y la atención al cliente aquí  y ahora. “Seguiremos explorando, analizando, innovando y desarrollando urnas, productos y servicios que mejoren y supongan avances en el ámbito funerario. Es nuestra forma de ser, está en nuestro ADN”. Recordar que Sortem, con sede en Terrassa, es una empresa dedicada a la distribución y fabricación de productos funerarios que apuesta por la innovación en el sector, aportando soluciones y ofreciendo productos de calidad contrastada.

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«Los tanatopractores trabajamos con sentimientos”

IRENE AGUILAR, Tanatopractora en Mémora

Trabajar con la muerte, te hace tenerla más presente. Por eso vemos la vida de otra manera. Intento no irme a dormir enfadada con la vida, no discuto por cosas que no merecen la pena. Dar la oportunidad de poder despedirse a las familias de un difunto, me hace arrancar cada día. Me siento orgullosa de ser Tanatopractora con todo lo que conlleva.

SORTEM. – Es la imagen de Mémora para muchas de sus publicaciones en medios de comunicación, ¿qué se siente al ser la elegida para poner cara al conjunto de sus compañeros? ¿Qué le ha aportado la experiencia mediática en la vida profesional?

IRENE AGUILAR. –Conseguir ese objetivo no fue nada fácil, fueron 6 horas de reloj haciendo la sesión fotográfica. Era mi primera experiencia ante la cámara y tenía que transmitir la tranquilidad, la serenidad y la confianza que como empresa queremos aportar a las familias. El acierto de la campaña creo que ha sido precisamente elegir a alguien real, que trabaja cada día en esta profesión. La consecuencia graciosa es que ahora me reconocen en todos los tanatorios que visito e incluso por las calles y comercios de mi ciudad.

– Es una de las tanatopractoras más jóvenes en ejercicio de nuestro país. ¿Qué están aportando las nuevas promociones para mejorar y avanzar la Tanatopraxia y el trabajo funerario en general?

I. A. – Sobre todo estamos integrando nuevas técnicas, nuevos productos, nuevas formas de trabajar que mejoran nuestra labor. Piensa que el sector funerario tiene un punto conservador y hermético que dificulta la innovación. Las nuevas aportaciones nos permiten agilizar los procesos, ahora disponemos de camillas eléctricas, la plataforma del coche fúnebre sale sola … implementarlo cuesta, pero al final ayuda. Y, en productos, antes usábamos bases de formol para conservaciones y repatriaciones, ahora intentamos usar siempre polímeros cuaternarios sin formol y no cancerígenos, geles cortantes de hemorragias, algodones que se convierten en gel para taponar … integrarlo lleva su proceso y, en ese cambio, nosotros podemos ayudar.

– ¿Quién fue el culpable de que decidiera orientar su vida laboral a la Tanatopraxia? 

I. A. – Nadie en concreto, no tenía ninguna vinculación directa con este mundo. Pero desde pequeña me ha gustado la medicina y el cuerpo humano, de hecho, me he dedicado al campo de la enfermería. He estado varios años trabajando como auxiliar de quirófano, pero el sector funerario me llamó la atención y orienté hacía allí mi vida laboral. Dejé mi trabajo en 2011, cursé el postgrado de Tanatopraxia de la Universitat de Barcelona y hasta la fecha. La vinculación con la medicina cada vez es más importante, pero todavía estamos lejos de países como Francia, donde la Tanatopraxia está muy ligada a la vida hospitalaria. Todavía nos queda camino que andar.

– Forma parte de una de las primeras generaciones de tanatopractores que ha saltado directamente del aula a la mesa de trabajo y no al revés. ¿Qué ha echado en falta en su formación que la realidad del día a día le ha enseñado?

«Entre Tanatopractores hay un alto grado de compañerismo sin rivalidad profesional»

I. A. – Todos los difuntos no son iguales. Cada uno requiere una forma de ser acondicionado y tratado. Considero que mi formación tanto teórica como práctica fue muy buena y realmente ya estaba preparada para trabajar con cuerpos. Pero me sorprendió el alto grado de compañerismo que he tenido con profesores y tanatopractores tanto de mi empresa como externos. No existe rivalidad profesional como tal y siempre he percibido buena disponibilidad ante cualquier duda.

– ¿Cuándo se activa un servicio qué itinerario de trabajo sigue para preparar un cuerpo?

I. A. – El primer paso, esperar la orden de recogida. Máximo respeto en el momento de la recogida. Empatía con la situación, delicadeza a la hora de introducirlo en el sudario, hablar con la familia y descubrir esos detalles personales del fallecido que te ayuden a que pueda ser recordado como era. Una vez en nuestras instalaciones, seguimos la cronología del aseo, identificación, desinfección, tratar la imagen del difunto para que transmita serenidad y paz aunque haya sido una muerte violenta o repentina y, finalmente, lo vestimos y lo pasamos al féretro. La idea es tratarlo como si fuera tu difunto para ofrecer el mejor recuerdo posible que se llevarán sus seres queridos. Aunque nuestra labor no acaba aquí, tenemos que asegurarnos que la familia tiene la oportunidad de despedirse como se merece y que puede organizar un homenaje emotivo y personal de verdad.

– Acabamos de vivir uno de los episodios más trágicos de nuestra historia reciente con el atentado terrorista de Barcelona. Medios e instituciones han reconocido la labor de las fuerzas y cuerpos de seguridad, el personal sanitario, el voluntariado … pero en ninguna de las listas aparecen los funerarios y funerarias. ¿Por qué cree que su trabajo es tan invisible para nuestra sociedad?

I. A. – Por miedo a la muerte. Sigue siendo un tema tabú y aunque suene recurrente, es más bonito hablar de la vida, suena mejor oír que a la gente se le resucita a través de una RCP, que ha superado una enfermedad … A la muerte nadie la quiere, nadie habla de ella. Hay un cuento popular que lo resume: “Se encuentran la muerte y la vida y, la muerte le pregunta a la vida: ¿por qué a mí todos me odian y a ti todos te aman? Y la vida le responde: Porque yo soy una bella mentira y tú una triste realidad” Por eso, no veremos una imagen de un equipo de funerarios recogiendo cadáveres, nos da miedo la muerte.

– Siempre desde la óptica del mundo funerario, le proponemos que nos recomiende:

I. A. – Una película: “Despedidas” Es una película curiosa sobre ritos funerarios y el papel de la mujer. Un libro: “El lector de cadáveres” que nos sumerge en los inicios de los forenses en la Antigua China. Una canción: En castellano, “Desde mi cielo” de Mägo de Oz. Es una canción un poco lenta, pero tiene una letra muy profunda. Y en habla inglesa, “The End” de Jim Morrison e interpretada por The Doors. Un Poema: “Una noche de verano” de Antonio Machado. Es un poema verídico en el que el poeta se dirige a la muerte después del fallecimiento de su esposa. Un lugar: Me gusta visitar pueblos de montaña y tengo un ritual. Cuando me voy de vacaciones busco el cementerio del pueblo con mis hijos y sólo cuando lo tengo localizado, lo hemos visitado, me he hecho la foto de rigor y les he explicado donde estamos, vamos a la casa rural a alojarnos.

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Nueva Edición Verano 2017 de la Revista Dodge

Ya puedes consultar un nuevo número de la revista de Dodge correspondiente a la temporada de verano 2017. Una forma fácil de estar al día de las novedades del sector. Haz click y disfruta de la lectura.

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“Somos generadores de recuerdos”

BERNAT QUETGLAS, Responsable de Servicios Funerarios en EFM, Tanatopractor y Actor

Creo que los servicios funerarios públicos tienen espacio de convivencia con empresas privadas. Los años me han permitido pasar por casi todos los departamentos de la funeraria, algo que ayuda a coordinar al equipo porque sabes hablar su mismo idioma. Soy de los que reman a favor, aunque no siempre haya habido remos.

SORTEM. – ¿Tiene sentido, en nuestro modelo de mercado, la existencia de servicios funerarios municipales o públicos?

BERNAT QUETGLAS. – Sí, tengo la convicción que hay espacio de convivencia para todos los formatos de funerarias: públicas, privadas, mixtas, grandes, pequeñas … El reto es crear el marco legal que acote las normas bajo las que nos regimos por igual. No toda la oferta que hay, cumple las mismas condiciones de calidad y garantía, algo que provoca la sensación de mercantilismo.

– Entonces, ¿la estabilidad pasaría por confeccionar una ley que regulara la actividad funeraria?

B. Q. – A pesar de la liberalización del mercado, tenemos la necesidad de dar forma a una nueva Ley Nacional de Servicios Funerarios, consensuada y acordada. Además, defiendo que debería reflejar el aspecto sanitario que conlleva el servicio funerario. De esta forma, todos tendríamos claro cuáles son nuestras obligaciones y exigencias legales, partiríamos de condiciones igualitarias y nos podríamos dedicar a lo que realmente es importante: dar servicio a las familias.

– ¿Cuáles son los puntos fuertes y los puntos débiles en la gestión de una funeraria municipal?

B. Q. – Bueno, nos movemos más despacio que la empresa privada. Los cambios requieren mayor justificación, el proceso es lento porque exige cumplir ordenanzas, normativas, documentar las iniciativas… Para mal o para bien, estamos más monitorizados que la iniciativa privada por la vertiente política. Sin embargo, contamos con una infraestructura muy bien organizada que es capaz de aglutinar servicios de todo tipo, adaptados a las nuevas realidades familiares, religiosas y culturales en nuestras instalaciones, tanatorios y cementerios. Además, garantizamos los servicios de beneficencia para personas que acreditan no disponer de medios económicos con un servicio funerario digno, gestionamos la mayor parte de traslados nacionales e internacionales de la isla, y damos cobertura a muchas empresas funerarias en aquello que no disponen.

“Si fuéramos capaces de transmitir todos los elementos de un servicio funerario, el precio pasaría a un segundo plano”

– El precio de los servicios funerarios es siempre motivo de polémica. ¿Es caro morirse?

B. Q. – ¿Qué es caro? Si realmente fuéramos capaces de transmitir todos los elementos que participan en un servicio funerario integral desde la recogida del difunto hasta el último detalle de la despedida, junto con todo el equipo humano que ha acompañado a la familia, pondríamos en valor el verdadero trabajo de la funeraria. El precio, igual que otras cosas, pasaría a un segundo plano con la aplicación de esa regulación que hemos comentado. Nosotros, al final, somos generadores de recuerdos.

– Forma parte como vocal, en representación de Baleares, de la nueva Junta de Gobierno de PANASEF. ¿Hacia dónde se encamina la Asociación?

B. Q. – En PANASEF, se está trabajando activamente por dar visibilidad a la situación actual del profesional funerario y activar medidas como la necesaria bajada del IVA. Con campañas como “El orgullo de ser funerario” o la publicación del Decálogo de la profesión, se pretende abordar la figura del profesional y su reconocimiento por encima de todo. Creo que ha sido un acierto centrar el esfuerzo en el individuo y no en el modelo de empresa donde trabaja.

– En su haber, está la acreditación como Tanatopractor, sin embargo, no ejerce como tal. ¿Por qué?

B. Q. – Mira, tuve la oportunidad de formarme como Tanatopractor en Barcelona y, aunque no era algo vocacional, aproveché para exprimir al máximo la formación. Me sirvió, sobre todo, para constatar y profundizar en los entresijos de la actividad, las técnicas, los instrumentales y los productos que se requieren. Algo que ahora uso para comprender las necesidades y los tiempos de mi equipo y, muy importante, para saber que me están ofreciendo los proveedores.

– Combina su actividad en la funeraria con la interpretación teatral en el escenario. ¿Ayuda ser actor en el ámbito laboral?

B. Q. – No, en mi caso. (Risas) Se me nota demasiado, si interpreto en la vida real. Para mí son mundos no comunicados y que desempeñan funciones distintas. El teatro me aporta un espacio diferente donde busco otras sensaciones. Es una aportación más personal.

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Momentos compartidos en Funermostra de la mano de Sortem

Su urna biodegradable ‘The tree remembers’, ganadora del premio Red Dot por su diseño

Sortem ha estado presente, por segunda vez, en la 14a edición de la Feria Internacional de Productos y Servicios Funerarios, Funermostra, la cual recibía la visita de 5.000 profesionales de más de 30 nacionalidades diferentes, posicionándose como una de las grandes citas internacionales del sector, para presentar y conocer las últimas tendencias del mercado. Para Sortem, que llegaba a Valencia con un gran número de novedades, se convirtió en el escaparate perfecto para mostrar diversos productos y servicios que acentúan el crecimiento de la compañía, así como para intercambiar impresiones con profesionales de todo el mundo. Según la firma, la participación en el certamen ha sido una experiencia vital a nivel empresarial, que le ha permitido contrastar la buena acogida que ha tenido desde su presentación en la industria funeraria hace ya cuatro años.

Gracias a un stand con un espacio más abierto y funcional, la compañía despertó el interés de numerosos profesionales procedentes de diversos países quienes quisieron conocer sus últimas innovaciones. Todos pudieron experimentar, probar y practicar con los productos expuestos gracias a la ayuda de unas cabezas de silicona y unos aerógrafos de maquillaje. Esta interacción entre los visitantes permitió que pudieran conocer, en primera persona, el amplio catálogo que ofrece Sortem en tanatoplastia, urnas, joyas para cenizas, féretros y formación, entre otros.

Asimismo, llamó mucho la atención la presentación de Shared Moments’ (Momentos Compartidos), un concepto novedoso que permite escribir un mensaje personal de despedida, dejarlo al lado del ser querido y llevarse una pulsera como recuerdo del momento vivido juntos, quedando un símbolo que nos liga y nos une a través de un hilo. “Es una apuesta por un producto pensado para ser un servicio de atención a las familias en el camino de despedida.”

Pero sin lugar a dudas, la protagonista para Sortem fue la urna funeraria de cartón ‘The tree remembers’, reciente ganadora del premio internacional Red Dot al mejor diseño, el cual será entregado el próximo 3 de julio en Essen (Alemania). Una urna 100% biodegradable de celulosa estructurada en dos partes: un depósito para las cenizas, y otro para plantar cualquier árbol o planta.

“El balance de esta edición es muy positivo porque nos consolida como una empresa comprometida en ofrecer soluciones funcionales e innovadoras a nuestros clientes en su día a día”, señala Sergi Martínez, co-fundador de Sortem. “Nuestra responsabilidad es seguir trabajando para crear, adaptar y servir las demandas que solicita el mercado funerario”

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“El médico embalsamador me dijo: “¿Entras o sales?”. Y entré.”

ÁNGEL SAN FRUTOS, Tanatopractor y Tesorero en la Asociación Nacional de Tanatopractores

Hace 30 años que trabajo en una funeraria. Ser Tanatopractor titulado es un orgullo, pero todavía queda mucho camino que andar y que luchar. Estamos en un momento álgido para seguir reclamando el reconocimiento oficial de la profesión. Unidos somos más visibles.

SORTEM.Lleva tres décadas dedicadas al servicio funerario, pero ¿qué momento fue clave para que decidiera orientarse a la Tanatopraxia?

ÁNGEL SAN FRUTOS. – La oportunidad de trabajar en una funeraria se presentó por una relación familiar. El día a día en una funeraria es complejo y tienes que estar preparado para actuar como comodín en todas las labores que se presenten. En una ocasión, un médico embalsamador estaba realizando un servicio y me vio en la puerta. “¿Entras o sales?” – preguntó. Y decidí entrar.

Y, ¿desde entonces?

A. SF. – Sentí que me gustaba lo que había visto y tenía la necesidad de seguir explorando esa vía. En esos años, la tanatopraxia en Segovia y casi toda España era comparable a la televisión en blanco y negro, prácticamente no existía. Pero el esfuerzo autodidacta y la búsqueda de información y conocimientos me llevó a insistir en la formación y, por fin, conseguí en 2011 el título oficial de tanatopractor.

Se demanda desde el sector un reconocimiento profesional para la figura del tanatopractor  en España, ¿no basta con una titulación oficial?

A. SF. – Para nada. Es un primer paso, desde luego. Tener el título firmado y sellado por las autoridades del Estado, dota de credibilidad y presencia a la profesión. Igual que el Certificado de Profesionalidad, bajo el control del SEPE, acredita al titular de los conocimientos teóricos y prácticos para el desarrollo de la actividad como tanatopractor, tanatoestética, embalsamador y coordinador de servicios funerarios. Algo que, de momento, no se puede aplicar en todas las comunidades, a pesar de tener el título que lo certifica.

Pero resulta contradictorio …

A. SF. – Exacto. Y esa es la primera barrera que tenemos que romper. Por ejemplo, en mi comunidad, yo no puedo firmar embalsamamientos. Sin embargo, en Galicia o Canarias, los compañeros ya pueden hacerlo. Nuestra esperanza es que se produzca un efecto dominó. Es decir, que por agravio comparativo, las demás comunidades adecúen su normativa igual que lo han hecho las comunidades vecinas.

“Nuestra esperanza es que se produzca un efecto dominó y podamos ejercer por igual en todos los territorios”

Compagina su labor en la funeraria con la tesorería de la Asociación Nacional de Profesionales Tanatopractores. ¿Cuál es la labor de la organización?

A. SF. – El principal objetivo es el de luchar por el reconocimiento de esta profesión. La idea es la de canalizar y trabajar por cambiar nuestra situación actual. Somos un nutrido grupo de tanatopractores que perseguimos un fin general para difundir y dar cobertura institucional a nuestra figura.

Y eso se traduce en …

A. SF.– En pequeños avances que no son todo lo rápidos que a todos y todas nos gustaría, pero estamos en el buen camino. Hemos conseguido transmitir nuestras inquietudes al responsable del Ministerio de Sanidad del anterior Gobierno y, ahora, estamos trabajando para poder hacerlo también con el actual responsable. La clave es la insistencia y, personalmente, creo que estamos en un momento álgido que, aunque lento, es inevitable.

¿Qué es lo que le hace seguir motivado para seguir tratando con la muerte?

A. SF. – No creo que haya una motivación especial, no es diferente a la de cualquier otro trabajo. Puede sonar a tópico, pero recibes más de lo que das. La tranquilidad de la familia, la sensación de que has ayudado a que empiecen a superar la falta de su ser querido, frases como “parecía que estaba dormido” … Al final, se trata de comprender que estás allanando el camino de la despedida para que sea lo más serena posible.

– ¿Qué determina esa entrega?

A. SF. – Me refiero a qué todo se reduce a algo tan simple y, al mismo tiempo, tan difícil como escuchar los deseos de sus seres queridos. Además, de los aspectos técnicos que se presuponen, debes tener en cuenta factores tan dispares como hacia que lado se peina, que ropa la define, algo tan lógico como ponerle su dentadura… Son esos detalles los que humanizan nuestra labor.

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“Soy la quinta generación de una familia de funerarios”

NATALIA PLANAS, Directora en Funeraria de Jesús

Funeraria de Jesús está a punto de cumplir siglo y medio de historia. Con 24 años asumí mi responsabilidad en la empresa, lo dejé todo y volqué mi vida en continuar con el legado de mi tatarabuelo: don Juan Jesús Albarracín Sánchez-Osorio. He aprendido a amar esta profesión y sobre todo a gestionarla para el futuro.

SORTEM.Representa a la quinta generación de funerarios de su familia, pero ¿por qué decidió orientar su vida profesional a continuar la tradición familiar?

 NATALIA PLANAS. – Mi primera intención no era orientar mi futuro a continuar la tradición en la funeraria. De hecho, me crie bastante alejada de este mundo, pero a raíz de la necesidad de ayuda que requería el negocio familiar, me trasladé a Murcia y asumí mi responsabilidad en la empresa. Al principio con respeto y pudor como cualquier persona ajena, pero poco a poco este trabajo atrapa, obtienes un feedback muy bueno con la gente y recibes el agradecimiento sincero de las familias. Además, era un reto personal para modernizar instalaciones, adaptar el servicio, gestionar el equipo, innovar productos, … Y hasta hoy.

Cuando en 1870 se fundó Funeraria de Jesús, se hizo bajo el régimen de carpintería y funeraria. ¿Qué conservan de aquellos primeros años?

N.P. – De aquellos primeros años, por desgracia, nada. De la época de mi bisabuelo, todavía guardamos dos carrozas funerarias de madera, esculpidas con tallas de gran belleza artística, que eran tiradas por caballos. Años después, fue mi abuelo el encargado de motorizarlas para transformarlas en automóviles. También conservamos un féretro de dos tapas muy curioso. Antiguamente se velaban a los difuntos en el domicilio particular, por eso, una de las tapas de la caja, incorpora una pequeña capilla con un cristo e iluminación.

Siempre han estado muy ligados a Murcia, sus tierras, sus tradiciones … ¿Qué peculiaridades tiene la región respecto al servicio funerario?

N.P. – Hoy en día no existen grandes peculiaridades en el servicio, tan sólo algunos detalles que cada zona conserva. Quizás lo más llamativo de Murcia es la gran cantidad de “pequeñas funerarias” que existen. A diferencia de otras zonas de España, en nuestro modelo no hay grandes grupos que monopolizan el servicio, sino que está más repartido. Somos muchas funerarias, pero más pequeñas y diversificadas.

Lidera una “pequeña funeraria”, que como en otros muchos sectores, convive con grandes grupos que se antojan grandes competidores. ¿Cuáles son los retos que deben acometer empresas como la suya para adecuarse a este momento de mercado?

N.P. – Hay dos ejes básicos. Saber estar a la última en productos y en servicios igual que los grandes y, al mismo tiempo, personalizar el servicio. Una empresa pequeña tiene más capacidad de personalizar, de hacer sentir más cómodas y participativas a las familias, identificarnos más con la zona a la que pertenece … Somos una funeraria murciana, así que conocemos mejor las costumbres, las necesidades, los recorridos y las gentes de nuestra región. Pero debemos combinarlos con la condición de ofrecer todas las opciones posibles igual que lo haría una gran compañía funeraria.

En este sentido, ¿qué ventajas tienen que potenciar las “pequeñas funerarias” para seguir siendo competitivas?

N.P. – La base está en la atención personalizada al cliente. No dejamos de ser una empresa de servicios y la atención a las familias que acaban de perder a un ser querido tiene que ser perfecta. Tenemos que dar cobertura inmediata a todo el proceso de forma bien orquestada para que se sientan arropados y acompañados en todo momento. Nuestra gran ventaja se mide en la confianza que generamos a la hora de afrontar un servicio y también en el recuerdo que queda de nuestra labor. Por eso, los pequeños tenemos mayor capacidad de adaptación y personalización de los deseos de cada familia.

“La presencia de la mujer en el sector funerario es cada día más importante e imparable”

Se suele tachar a la profesión de ser preferentemente masculina. Solo alrededor de un 28% de puestos de trabajo son ocupados por mujeres. ¿Queda mucho camino por andar?

N.P. –Cuando empecé con 24 años a dirigir una empresa de un sector que me resultaba totalmente desconocido, me impactó que cuando iba a reuniones, convenciones, ferias, simposios… el 90% eran hombres. Pero en esta última década ha empezado un cambio importante e imparable. Cada vez hay mayor presencia de mujeres funerarias y es algo natural. ¿Queda camino por andar? Seguro que sí. Dicen que la incorporación de la mujer aporta una sensibilidad diferente, personalmente creo que lo importante es desarrollar tu profesión con toda tu valía.

Desde el sector se reclama una nueva Ley de Servicios Funerarios que regule de forma clara, moderna y transparente la actividad. ¿Qué le pide a la Administración para dar continuidad con garantías a su trabajo?

N.P. – Sobre todo que se reconozca la profesión del funerario. Poner en valor la labor del funerario o el tanatopractor igual que se hace en otros países del mundo. Detrás de este trabajo hay mucho esfuerzo, técnica, experiencia y formación que debe ser reconocida a nivel político, administrativo y social.

Con casí 150 años de historia, cuando esta entrevista la lea una futura novena o décima generación, ¿qué mensaje le gustaría dejarles?

N.P. – Pensarlo me emociona. Sería un orgullo que llegara una novena o una décima generación porque eso significa que las generaciones anteriores han hecho un buen trabajo. Les diría que sigan trabajando con el máximo cariño y sin perder la parte humana en el negocio.

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“Ser funerario es tan duro como apasionante”

SALVADOR LAGARES, Funerario y Tanatopractor en Mémora

Todas las personas que trabajamos en este oficio lo hacemos con pasión, amando nuestro trabajo. Con 16 años entré a trabajar en Funeraria La Estrella, corría el año 1980. He participado en entierros y he preparado difuntos de casi todas las creencias religiosas y laicos. La única realidad es que tarde o temprano, hemos de morir.

SORTEM.Un Volvo 740 de la época fue el primer coche fúnebre que tuvo al volante, ¿cuántos kilómetros de carretera ha acumulado desde entonces?

SALVADOR LAGARES. – Han sido tantos los kilómetros que he hecho que me resulta difícil dar una cifra exacta. Es cierto que ahora se hacen menos, bien por las incineraciones o porque hay más compañeros. Pero durante toda mi carrera habré hecho más de un millón de kilómetros al volante de un coche fúnebre.

Ha participado en servicios para creyentes católicos, musulmanes, judíos, budistas, testigos de Jehová, evangelistas, ortodoxos, no creyentes… ¿Coincidimos en algo?

S.L. – La muerte es una realidad igual para todos. Unos creen en una cosa, otros creen en otra o sencillamente no creen en nada, pero todos coinciden en llorar y despedir al ser querido. La diferencia radica en el tratamiento del cuerpo y el protocolo del servicio: unos lo entierran, otros lo incineran, otros requieren un tipo de ceremonia, pero básicamente el dolor es el mismo para todos.

El camping de Biescas, el accidente del YAK-42, el autobús de Soria… A lo largo de su carrera, le ha tocado vivir la tragedia de cerca en muchas ocasiones, ¿cómo se reacciona y de qué manera se puede colaborar como funerario para gestionar la magnitud de la desgracia?

S.L. – Mira, a veces, da la sensación de que la gente piensa que el funerario es una persona sin sentimientos, inmune a la tragedia, personas frías que ni sienten ni padecen el dolor ajeno. Pero nada más lejos de la realidad, sentimos y vivimos cada momento de despedida igual que todos, pero más veces. Cuando te tocan vivir desgracias como las mencionadas, intentas abstraerte y concentrarte en tu trabajo para dar una respuesta de muchísimo cariño a los familiares. Cuando participé en el suceso del Camping de Biescas, estuve cinco días seguidos viajando y cada vez que llegaba a Jaca, seguía colaborando con voluntarios, Cruz Roja, personal sanitario y autoridades. Experiencias como estas, te llegan al alma, te hacen ser mejor persona y ver la vida de otra manera.

¿Existe un protocolo de actuación para dar un servicio y una cobertura adecuada a casos como los anteriores?

S.L. – Sí, existen protocolos y pautas para actuar en tragedias de esta magnitud. Empresas como en la que trabajo, Mémora, tienen la capacidad y la infraestructura para aportar medios. Después, la realidad puede hacer que el protocolo cambie o se modifique porque las circunstancias de cada caso son diferentes. En un accidente de tráfico, por ejemplo, sabemos muy bien los pasos que debemos dar para que la familia pueda despedirse en paz de sus familiares. Pero no puedes evitar que el dolor te sobrepase cuando ves familias rotas y, al final, es la experiencia y la profesionalidad la que marca el camino.

“Este oficio de funerario engancha, no puedes dejarlo”

Ha sido uno de los tres primeros tanatopractores titulados de Zaragoza, ¿qué evolución está teniendo la profesión en Aragón?

S.L. – En Aragón, sobre todo en Zaragoza que da cobertura a toda la comunidad, no hay una gran demanda de Tanatopraxia. Cuando obtuve el título en 2010, hacía sobre unos 30 servicios de tanatopraxia mensuales. Actualmente, seguimos siendo tres los tanatopractores titulados en Aragón. Creo que hay mucho camino que andar, hemos dados pequeños pasos, pero todavía queda mucho que enseñar y mucho mercado para crecer en lo que a tanatopraxia se refiere.

Siempre disponible para servicios en días festivos, noches, cumpleaños, momentos familiares, vacaciones, largas jornadas laborales… ¿Qué recompensa tanta dedicación?

S.L. – Este oficio de funerario engancha, no puedes dejarlo. Me tomo este trabajo con muchísima pasión, amo lo que hago y la mayor recompensa es dar la oportunidad a un familiar de despedirse en paz de un ser querido. Cuando una persona te da la mano y te agradece lo que has hecho, cobra sentido todo.

En casi cuatro décadas entregadas al servicio funerario, ha sido protagonista de la evolución del sector en método y forma. Con esa perspectiva histórica, ¿dónde hay que seguir insistiendo para mejorar la profesión?

S.L. – Para poder mejorar esta profesión, sin duda, hay que seguir insistiendo en la formación del trabajador. Todas las empresas, tanto las grandes como las pequeñas funerarias deberían seguir apostando por la formación de buenos profesionales. La inexperiencia y la falta de formación, provocan situaciones de dificultad en transportes, acondicionamientos y trato con la familia. Ser funerario es mucho más que ir con una camisa y una corbata. Es necesario enseñar gestión, técnica, psicología y transmitir la pasión necesaria para serlo y vivirlo.

– ¿Cree que la responsabilidad y el compromiso del papel del funerario está poco reconocido en nuestra sociedad?

S.L. – Poco reconocido no, no está nada reconocido; hasta que descubren como podemos ayudarles. La sociedad nos ve como “bichos raros”, aunque aquí trabaja gente maravillosa. Siempre se acuerdan, en Noche Vieja por ejemplo, de los policías, los médicos, los bomberos … que están de guardia, pero nunca hablan de los funerarios. La muerte y lo que la rodea sigue siendo un tabú en nuestra sociedad.

La experiencia de ser funerario, seguro que también le ha aportado momentos para la sonrisa como …

S.L. – El sentido del humor siempre ayuda. Al final, todo el equipo de compañeros pasamos mucho tiempo juntos, casi más que el que pasamos en nuestras casas. Y la risa hace que todo sea más llevable. Y, confieso que alguna cosa hemos hecho como al llevar el coche fúnebre a pasar la ITV. ¡Ya te puedes imaginar!

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